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  • Foto del escritorAxier Sucunza

FRACASO DEL CALENDARIO REVOLUCIONARIO


A finales del siglo XVIII en Francia se produjo la ruptura política, se abolió la Monarquía y se fundó la República. La nueva república debía estar representada por una nueva era. Se necesitaba desechar los antiguos calendarios, llenos de referencias a la religión, a la monarquía, llena de signos del antiguo régimen. Se necesitaba un nuevo calendario, un calendario revolucionario contado a través de algo tan simbólico como un equinoccio, que excluyera todas las referencias a los comportamientos religiosos de antaño. Este calendario republicano perduró hasta 1805. Duró apenas 12 años. Pero, ¿porque fracaso? ¿Cuáles fueron las razones del fracaso?


Ya el comienzo no fue del todo acertado. Los republicanos fijaron el inicio del año el día del equinoccio de otoño, el 22 de septiembre de 1792, siempre según los datos del observatorio de París, que además coincidía con el día de la proclamación de la República. El problema de esta definición de inicio del año es que no siempre el equinoccio se produce el mismo día (puede ser el 22, 23 o 24 de septiembre), con lo cual

tenemos un calendario móvil. El problema de cálculo de los equinoccios para los años bisiestos trajo tal cantidad de problemas que los republicanos intentaron resolver el problema convocando a los sabios. Pero no lograron resolver el problema de los años bisiestos, ya que la naturaleza de los astros no era decimal ni se sentía impresionada por la revolución francesa.


Cambiar el calendario gregoriano era muy difícil, pero los franceses revolucionarios definieron el calendario atendiendo a cómo funciona la naturaleza. Para alejar a los ciudadanos de las habituales supersticiones, se basaron en el movimiento lunar para crear el nuevo calendario. Pero, era un calendario descuadrado con el ciclo lunar.


El gran problema del nuevo calendario era su completo desacompasamiento con el lunar. En el calendario republicano las semanas eran de 10 días y esto hacía que por cada ciclo lunar este nuevo calendario ganará dos días por cada mes. Este calendario, que dijo basarse en contar el tiempo en función de la naturaleza agrícola, era incompatible con los ritmos seculares de siembras, ferias y mercados agrícolas y ganaderos que se rigen principalmente por una combinación de los equinoccios (regidos por el ciclo solar) y los ciclos lunares. Hay que tener en cuenta que el concepto de semana de 7 días es de origen lunar, ya que 4 semanas es un ciclo lunar.


Otro de los problemas de este calendario republicano era que la semana laboral de 10 días era impopular. Los trabajadores tenían un día de descanso de cada 10, en vez de 1 de cada 7. Esta concepción de la semana abolió el domingo, el día consagrado al Señor. Os podéis imaginar la reacción de la Iglesia católica ante esto.


Además, contemplando la idea de que este calendario fuera de uso universal, complicaba las relaciones internacionales puesto que el resto de Europa continuaba con el calendario gregoriano. El calendario republicano no servía para otros muchos lugares de Europa, ya que los meses tenían nombre de datos climáticos propios de Francia. Lo mismo se puede decir también de los nombres de los días. Por ello, era difícilmente exportable a otros países, e imposible a otras latitudes, especialmente el hemisferio sur, donde serían absolutamente contrarios a la realidad física.


Por todo ello, la reimplantación de la semana de siete días en 1805 fue uno de los cambios sobre la marcha que terminó de precipitar el abandono del calendario republicano francés, abolido finalmente por Napoleón. El calendario gregoriano regresó definitivamente a Francia el 1 de enero de 1806. Era el fin político del calendario republicano, que sólo fue mantenido por los republicanos más recalcitrantes como seña de identidad.



Referencia bibliográfica:



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